Isaac Albéniz. Retrato de E. Valle

Nacido en Camprodón, Gerona, 29-5-1860, muerto en Cambo-les-Bains, Francia, 18-5-1909. Compositor y pianista español. Se trata de una de las máximas figuras de la música española, uno de los creadores del nacionalismo español y el impulsor de una escuela española de piano. Niño prodigio, en 1864, a la edad de cuatro años, se presentaba en el Teatro Romea de Barcelona. En 1865 estudió con Narciso Oliveras y en 1867 fue con su madre a París, donde impresionó a Marmontel, profesor de piano del Conservatorio, pero no pudo ingresar en la institución por falta de edad. En
1869, la familia se traslada a Madrid. donde estudia en el Conservatorio con Mendizábal. En 1870 se escapa a El Escorial y, habiendo sido robado por unos ladrones, se gana la vida dando conciertos en varias ciudades castellanas. Volvió a su casa, pero se escapa de nuevo en 1872, dando conciertos en Andalucía y embarcando en Cádiz para América. Llevó una vida azarosa en Argentina, Uruguay, Cuba, Brasil, Puerto Rico y Estados Unidos, donde llegó hasta San Francisco, volviendo a España en 1873. Ese mismo año fue a Liverpool y Londres, así como a Leipzig, donde estudió con Jadassohn y Reinecke. En 1877 volvió a
Madrid, donde obtuvo una beca del donde Morphy para estudiar en Bruselas con Cevaert y Brassin. Sus estudios fueron interrumpidos por giras a Cuba y Estados Unidos, pese a lo cual, obtuvo el Primer Premio del Conservatorio. Viajó por Europa, siguiendo a Liszt, con quien se encontró en 1880, perfeccionando con él su técnica. En 1883 se establece en Barcelona, casándose con Rosina Jordana y encontrando a Pedrell, que influye sobre él interesándole por la composición de raíz española. En 1885 se fija en Madrid y más tarde estudia en París con Dukas y D’lndy. De 1890 a 1893 vivió en Londres. donde firmó un contrato con el banquero Francis Burdett Money-Coutts (lord Latymer), del que recibió apoyo económico comprometiéndose a poner música a sus libretos. Los resultados fueron mediocres porque los libretos no se adaptaban al espíritu musical de Albéniz, excepto en Pepita Jiménez, adaptada por Money-Coutts de la novela de Valera. En 1893 vuelve a París, donde toma contacto con Fauré. Debussy y Dukas. En ese tiempo fue profesor de piano de la Schola Cantorum y demostró su gran generosidad pagando la edición del Poéme de Chausson, al igual que haría más tarde con eI Quinteto de Turina. Un viaje a Granada en 1898 le sugirió la vego, su más importante composición pianística hasta entonces. Tras una breve estancia en Barcelona, vuelve a París y en 1903 fija su residencia en Niza. Estos años los dedica a la composición de su
obra maestra Iberia. El primer libro de la obra fue estrenado en la Sala Pleyel de París, por Blanche Selva el 9-5-1906. La misma pianista estrena el segundo libro en Saint Jean de Luz el 11-9-1907. el tercero en casa de la princesa Polignac en París el 2-1-1908 y el cuarto en la Sociedad Nacional de París el 9-2-1909. En marzo de ese año, A., enfermo desde hacía tiempo, marcha a Cambo-les-Bains, en los Pirineos franceses, donde trabaja en Navarra, que sería terminada por Déodat de Sévérac,y Azulejos, finalizada por Granados. A su muerte, ignorada en España, el gobierno francés le concedió la Gran Cruz de la Legión de Honor.

Las primeras composiciones de Albéniz muestran un tributo al gusto de la época por la música de salón y al virtuosismo de Liszt. Pero la publicación del Cancionero de Palacio por Barbieri y sus contactos con Pedrell le hicieron volverse hacia la música española como base de su obra. Sus contactos con los músicos franceses no deben hacer suponer que fue un epígono del impresionismo puesto que él mismo contribuyó decisivamente a la formación del impresionismo, Debussy reconoció la importancia de su revolución en la escritura pianística y más recientemente Messiaen ha señalado la deuda que él mismo tiene con esa obra albeniciana. La coronación de su obra es sin duda la Suite lberia, obra de una extraordinaria complejidad pianística, una gran originalidad armónica y gran novedad dentro de un nacionalismo esencial.
Otras obras pianísticas, de gran interés, son’. La vega, Navarray Azulejos, aunque no deben desdeñarse piezas como la Suite española, Cantos de España o la Sonato n.” 5. Su obra teatral es desigual pero hay que señalar grandes aciertos en San Antonio de la Florida y Pepita Jiménez. En el terreno orquestal son más conocidas las orquestaciones realizadas por Enrique
Fernández-Arbós sobre varias piezas de la Suile lberia, pero entre las obras originales de A. destaca la fuerza y calidad de Catalonia. Como pianista, Albéniz fue brillantísimo y se orientó hacia el virtuosismo trascendente de Liszt aunque llegó a crear una escuela española diferenciada y original. Su importancia en el renacer moderno de la música española es fundamental.





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