Arena blanca y fina, aguas cristalinas, sol y naturaleza, sin rastro de cemento. ¿El Caribe? No, la playa de es Trenc, en Mallorca. A salvo de las garras de la urbanización y el turismo de masas, se trata de la última gran playa virgen de la isla: una larga franja arenosa de más de 4 kilómetros situada en el extremo su, mirando al archipiélago de Cabrera.

Si viajas a Mallorca y solo puedes elegir una playa que visitar, no hay discusión: tienes que ir a Es Trenc. Se puede ir en coche pero hay que dejarlo en un aparcamiento lejos de la playa, en Ses Covetes, y desde allí caminar unos diez minutos. Si el acceso fuera más sencillo no estaríamos hablando de un paraíso libre y salvaje.

El nombre de Es Trenc (en catalán “el corte”) se debe a que dos manantiales subterráneos vierten sus aguas en la playa, cortándola por la mitad de manera invisible. Solo notamos el corte porque en un determinado sector el agua es menos salada y algo más fría.

Se trata de una playa ideal para ir con niños, ya que gracias a su escasa pendiente y su suave oleaje pueden jugar lejos de la orilla sin ningún peligro. También es frecuentada por nudistas (en realidad esta fue junto a El Mago y Ses Salines en Ibiza una de las primeras playas nudistas de Baleares) que se tumban a tomar el sol sobre los bunkers de la Guerra Civil abandonados y reciclados hoy por los bañistas como solariums improvisados.

En realidad estas son las únicas construcciones humanas que podemos encontrar en Es Trenc. El resto solo naturaleza: el azul del cielo, el mar, la arena y una franja verde de garriga o bosque bajo que marca el límite de la playa. Hay otras calas vírgenes en la isla, pero ninguna tan grande como Es Trenc, el último paraíso de Mallorca y una de los rincones más hermosos del Mediterráneo.

Fuente: EscapadasEuropa.com





Etiquetas: , , ,

Escriba su comentario (no aparecerá publicado hasta su aprobación):

You must be logged in to post a comment.