Claro, es Demi Moore después de haberle aplicado filtro tras filtro en algún programa de edición en los ordenadores de los cuarteles de Helena Rubinstein, la marca que contrató a la actriz  para que fuera imagen de su nueva campaña.

A Moore le cambiaron el tono del color de su piel, le quitaron las arrugas, le levantaron los pómulos, le hicieron una rinoplastia digital y… pues para terminar rápido, la dejaron como cuando tenía veinte y algo.

Las imágenes están dando bastante de que hablar, sobre todo porque hoy por hoy la gente parece estar cansada de las campañas publicitaras de este tipo, que no buscan otra cosa que engañar a las consumidoras.

Fuente: mascorazon.com





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