La semana pasada Motorola logró bloquear temporalmente en Alemania la venta de todos los iPads con 3G y los iPhones con la excepción del iPhone 4S. Poco después descubrimos que la compañía aspiraba ni más ni menos que al 2,25% de todas las ventas de estos dispositivos a cambio de licenciar una patente esencial para las comunicaciones inalámbricas, y con carácter retroactivo, lo que serían más de 13 euros por cada iPhone, iPhone 3G, 3GS, 4 y iPad 1 y 2 3G vendido hasta la fecha. Una suma considerable sin duda.

Una lectura superficial nos podría hacer pensar que esto no es más que Apple probando su propia medicina por iniciar una guerra termonuclear contra Android esgrimiendo sus patentes como arma, pero nos equivocaríamos de cabo a rabo. Para entenderlo, primero tenemos que comprender la diferencia entre una patente normal y una patente estandarizada con licencia FRAND, es decir, fair, reasonable, and non-discriminatory terms (condiciones justas, razonables y no discriminatorias).

Apple posee de ambas, las primeras incluyen aspectos como el característico diseño de sus dispositivos o gestos tan particulares como el método para desbloquear la pantalla de un iPhone. La guerra de Apple ha sido por estas patentes y no buscan licenciarlas, sino impedir que otros creen dispositivos que imiten a los suyos. El otro tipo, aquellas con licencia FRAND, se aplican a patentes fundamentales para la implantación de una determinada tecnología, y son el instrumento que tienen los organismo de estandarización para asegurar la compatibilidad e interoperabilidad entre los dispositivos fabricados por diferentes compañías.

Se puede fabricar un teléfono sin el sistema de desbloqueo del iPhone, pero no se puede fabricar uno sin las patentes incluidas en los estándares GSM/UMTS/3G… a menos que quieras poder hablar con alguien, claro. Apple licencia sus patentes FRAND sin problemas, son las no relacionadas con ningún estándar las que busca proteger a toda costa. Motorola en cambio, acorralada contra las cuerdas, ha realizado una maniobra insólita para los expertos utilizando sus licencias FRAND como arma de negociación, algo que va radicalmente en contra de su misma razón de ser.

Cuando Motorola le pide a Apple el 2.25% de sus ventas, lo hace sabiendo que la manzana no pueden ceder de ningún modo ante eso. No es que Apple no tenga dinero más que suficiente como para pagar veinte veces “la multa”, es que si claudicase y accediese a pagarle a Motorola ese 2.25%, sería lo mismo que ondear una bandera gritándole a todas las demás compañías que acudiesen a pasar también por caja.

Y es que, por si no ha quedado claro, lo que pide Motorola para acceder a licenciar una única patente del estándar de telecomunicaciones GSM/UMTS es el 2,25% del precio final de un dispositivo, en lugar del precio el chip de transmisión que la utiliza. Un chip de este tipo tiene un precio por debajo de los 10 euros y en él no se utilizan una, sino literalmente cientos de patentes de diferentes compañías (175 compañías para ser exactos según la base de datos del ETSI). ¿Os imagináis que todas ellas solicitasen el mismo porcentaje del precio de venta del iPhone? No hay que ser un genio de las matemáticas: Apple tendría que pagar más dinero del precio de venta del iPhone sólo para pagar este diminuto chip presente en todos y cada uno de los teléfonos del mercado.

¿Pues sabéis qué? Samsung ya ha demandado a Apple para que le pague un 2.4% por otra patente FRAND.
¿Cuál es entonces el objetivo de Motorola y Samsung?

Muy simple. Obligar a Apple a llegar a un acuerdo por el que acceda a compartir con ellos sus patentes no estándares utilizando como arma dos simples patentes estándar sujetas a licencias FRAND. ¿Os parecen unas “condiciones justas, razonables y no discriminatorias”? Pues aquí es donde está el quid de la cuestión.

Remontándonos al pasado de Apple, ¿sabéis cuando fue la primera vez que la compañía de la manzana se vio obligada a firmar uno de estos acuerdos de no agresión? Corría el año 1984, Apple acababa de lanzar el Macintosh, el primer ordenador que tuvo éxito al llevar las interfaces gráficas a los usuarios, y Microsoft ya estaba copiándolo para crear la primera versión de Windows. Apple amenazó con demandarlos y Microsoft les advirtió que si lo hacían dejarían de producir las versiones de Word, Excel y el resto de sus aplicaciones para Macintosh.

“Aquello habría supuesto el fin de Apple, así que Sculley [el CEO de la compañía en aquella época] se vio forzado a llegar a un pacto de rendición. Accedió a entregarle a Microsoft la licencia para utilizar algunas de las presentaciones gráficas de Apple en el futuro software de Windows.” – Extracto de la biografía de Steve Jobs por Walter Isaacson.

Apple sobrevivió, pero a costa de perder la exclusiva de las interfaces gráficas, entregándole a Microsoft las llaves del reino dada su filosofía de licenciar Windows a cualquier fabricante que lo quisiera. Años después, con el regreso de Steve Jobs a Apple en 1997, volvieron a firmar un acuerdo en el que compartían sus patentes. Ahora ya sabéis el motivo por el que Jobs solía bromear frecuentemente acerca de las fotocopiadoras de Redmond pero nunca traducía sus palabras en acciones legales.
¿Y qué pinta Google en todo esto?

Como sabéis, Google se encuentra en mitad del proceso de compra por 12.500 millones de dólares de la división móvil de Motorola; una adquisición que preocupa a los organismos oficiales estadounidenses y europeos, que no tienen claro el compromiso del gigante de los buscadores a licenciar las patentes clave de Motorola en unos términos justos. La Comisión Europea se ha fijado este mismo lunes como fecha máxima para decidir si aprueba o no la adquisición, pero mientras tanto, algunas de las principales compañías tecnológicas envueltas en el sector de las telecomunicaciones han aprovechado para poner sus cartas sobre la mesa.

Empezando por Apple, la compañía ha enviado una carta al ETSI, el Instituto Europeo de Estándares de Telecomunicaciones, solicitándoles que aclare el marco en el que deben negociarse las licencias FRAND. La petición de los chicos de Cupertino es muy simple: “exactamente, ¿qué diablos significan las palabras “justas”, “razonables” y “no discriminatorias”?

Cisco, uno de los principales jugadores del mundo de las telecomunicaciones, está de acuerdo con Apple, y también ha enviado otra misiva al ETSI, apoyando la solicitud de la manzana y reclamando una mayor transparencia y consistencia en la aplicación de las licencias FRAND. Cisco tiene mucho en juego, y es que si Motorola o Samsung se salen con la suya, cualquiera podría ser el siguiente.

Finalmente, Microsoft, publica en su propia página web una declaración de apoyo a los estándares de la industria, señalando su importancia de cara al desarrollo e interoperabilidad de los dispositivos móviles y los ordenadores.

“El sistema internacional de estándares funciona bien porque las empresas que contribuyen a ellos prometen hacer que sus patentes esenciales estén a disposición de otros en condiciones equitativas, razonables y no discriminatorias. Los consumidores y la industria entera se verán afectados si, haciendo caso omiso de esta promesa, las empresas tratan de impedir que otros comercialicen sus productos basándose en patentes estándares esenciales”

Llegando por fin a Google, todo parecía indicar que precisamente esta compañía estaría a favor como las anteriores de un marco justo de licencias. Google pasó buena parte del pasado año haciéndose la víctima frente a la opinión pública acusando a sus competidores (principalmente Apple, Oracle y Microsoft) de organizar “una campaña hostil contra Android librada a través de patentes falsas”. Es un hecho que Microsoft recibe hasta 15 dólares por cada teléfono con Android a cambio del acceso a su paquete de patentes, lo que fue descrito por Google como “una conspiración para encarecer a los fabricantes de teléfonos la licencia de Android”.

Ahora, un año después, Google envía una carta al IEEE (Instituto de Ingeniería Eléctrica y Electrónica) en la que básicamente asegura que tras la compra de Motorola, seguirá haciendo exactamente lo que Motorola está haciendo ahora. O dicho de otra forma: hace un año, que Microsoft cobrase entre 7 y 15 dólares por licenciar un extenso grupo de patentes no estándares era una conspiración; pero ahora, que ellos o Motorola puedan exigir el pago de un 2,25% del precio de venta al público de cualquier dispositivo que integre un chip 3G a causa de una única patente estándar, es lo justo y razonable.

Apple ha llegado a un acuerdo con Nokia, pero sigue enfrentada en los tribunales con Samsung, Motorola y HTC, contra las que su argumento principal es que mientras que estas pueden evitar violar sus patentes eliminando determinadas características de sus terminales, el borrón en que se han convertido las licencias FRAND amenazan con convertir en un chiste de mal gusto la futura adopción e implantación de estándares. Según expertos como Florian Mueller, de aprobarse la adquisión de la división móvil de Motorola por parte de Google, la compañía “mantendrá la misma táctica en los tribunales, solo que con muchos más recursos y un conjunto mayor de objetivos estratégicos, lo que se traducirá en una exacerbación del problema”.

Esperemos que los organismos oficiales pongan orden de una vez en el patio y hagan copiar cien veces en la pizarra a cierto alumno el olvidado eslogan de “Dont’ be evil”, no seas malvado.

Fuente: aplesfera.com





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