La Duquesa de Cambridge organiza la fiesta del jardín en el Palacio de Buckingham

La Duquesa de Cambridge alcanzó ayer otra importante meta real: la fiesta del jardín, el último estreno de la esposa del príncipe Guillermo, el miembro más nuevo de la Familia Real inglesa, en este primer año de casada repleto de primeras veces. Buckingham celebró ayer la misma recepción al aire libre de siempre, pero con apariencia nueva. La Duquesa redecoró en su debut la tradicional cita, que se remonta a tiempos de la reina Victoria y en la actualidad acontece tres veces al año.

Y lo hizo sin afectación. La nieta política de Isabel II recicló el mismo vestido rosa de Emilia Wickstead que lució hace apenas dos semanas en la Cumbre Real de Windsor con motivo del Jubileo de Diamante de la soberana -tenía que amortizar los 1.500 euros de la etiqueta- y lo coronó para la hora del té con un romántico sombrero modelo Sledge y bolso de mano modelo Natalie de L.K.Bennett. Como uno de los representantes reales más populares, la duquesa Catherine fue la gran atracción de sus invitados, que la rodearon por todas partes esperando ansiosos su oportunidad para charlar y preguntarle cómo se sentía en su primera fiesta del jardín. A lo que respondió: “Impresiona enfrentarte a un mar de gente, pero es realmente divertido”.

Y ella, que acudió sin el príncipe Guillermo a la fiesta del jardín, debido a que estaba de servicio, cumplió las expectativas con su habitual simpatía y profesionalidad saludando a las personalidades asistentes a medida que iban saliendo a su paso en los palaciegos jardines. Hubiera tenido en quién apoyarse en caso de haberlo necesitado: la reina Isabel, acompañada por el Duque de Edimburgo, presidía el acto, y el Príncipe de Gales, la Duquesa de Cornualles y otros Windsor tampoco faltaron a la cita. Pero la duquesa Catherine se bastaba sola para cumplir como toda una princesa.

La Reina considera a la Duquesa de Cambridge tan capaz de su papel que quiso que la acompañara al inicio de la gira nacional del Jubileo en Leicester y que recibiera a sus visitantes reales en Windsor. Las fiestas del jardín de la Reina tampoco son una celebración menor. Se consideran, de hecho, las citas más destacadas de la temporada de verano. Así que, a pesar de su apretada agenda con motivo del Jubileo, la soberana ha encontrado la manera de hacer un hueco para compartir con unas 8.000 personas la hora del té en los jardines palaciegos y degustar juntos 27.000 tazas de té, 20.000 bocadillos y 20.000 trocitos de tarta. Una delicia.

Fuente: hola.com





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