Después de diez días de competición olímpica, España sólo ha conseguido seis medallas: un oro en vela, tres platas en natación, otra en triatlón, y un bronce en canoa. De golpe, se coloca en el lugar número treinta de los países, a nivel de la República Checa, y de Kenya, bastante por debajo de Cuba, de Bielorrusia, o Kazakstán. Un resumen duro para un país que suele presentarse como en lo más alto del deporte mundial.

Hay que decir que desde hace unos diez años, los amantes del deporte están acostumbrados a ver ganar a los españoles. En fútbol, evidentemente, con los tres títulos en la mano (Euro 2008, Copa del mundo 2010, y Euro 2012) logrados por “La Roja”, no había motivos para pensar en una derrota. En tenis, igualmente, con las siete victorias en ocho años de Rafael Nadal en el Roland-Garros. En ciclismo también hemos conocido la gloria entre los años 2006 y 2009, cuando Perreiro, Sastre y Contador brillaban en el Tour de Francia.

Tampoco podemos olvidarnos del éxito de los españoles en volley-ball (Euro 2007), en baloncesto (Euro 2009, y 2011, Campeonato del mundo 2010), en balonmano (Campeonato del mundo 2005 y terceros en los JJOO de 2008 en Pekín), en moto (Jorge Lorenzo en 2010, y actualmente en cabeza del campeonato del mundo), y en Fórmula 1 (Fernando Alonso en 2005, 2006, y actualmente en cabeza del campeonato del mundo).

Sin embargo, los deportistas españoles nunca habían brillado tan poco en unos Juegos Olímpicos. Si bien es verdad que siempre nos hemos llevado, al menos, una medalla de oro desde los JJOO de Moscú en 1980, rara vez hemos ganado más de cinco. La única excepción: en 1992, en Barcelona, que nos llevamos trece, terminando como sexto mejor país de aquellos Juegos.

Fuente: JuegosyOlimpicos.com





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