Samuel Herranz consigue un nuevo diploma para la delegación española en aguas bravas, al finalizar en la quinta posición en la final de descenso de aguas bravas en la categoría de K-1.

El palista, debutante en unos Juegos Olímpicos, cometió un pequeño error en la baliza número 18 que le costó el podio. La medalla de oro fue a parar al italiano Daniele Molmenti, que devuelve a su país al medallero en este deporte, tras de doce años sin aparecer en él.  La plata fue para el sorprendente checo Vavrinec Hradilek, que partía con el noveno mejor tiempo en semifinales pero que realizó un descenso casi imposible. El podio lo completó el alemán Aigner, uno de los grandes favoritos al oro que tuvo que conformarse con el tercer lugar.

Herranz, de origen francés, tuvo que decantarse por España, país de su padre, para poder aspirar a unos Juegos Olímpicos, dada la dificultad de hacerse con una plaza en el equipo francés. Clasificó con el segundo mejor puesto a semifinales y cumplió con sobriedad en su descenso en la penúltima ronda, superando a grandes favoritos y accediendo a la final con el cuarto mejor tiempo.

En el momento decisivo, el español completó un recorrido casi impecable, marcando el mejor tiempo en la última referencia previa antes de llegar a meta, pero una mala entrada en la baliza 18 le hizo perder el impulso que llevaba y le obligó a rectificar, perdiendo casi dos segundos que le llevaron a la definitiva quinta plaza.

El español, visiblemente enfadado con su actuación, tendrá tiempo para mejorar y seguro será uno de los grandes favoritos en esta misma prueba para los Juegos Olímpicos de Río en 2016.

Fuente: JuegosyOlimpicos.com





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