Los correos electrónicos están fechados entre julio de 2004 y diciembre de 2011 y, al parecer, revelan los “trabajos internos” de Stratfor –como sus “métodos psicológicos”–, su estructura de pagos, sus técnicas de blanqueo de dinero y su red de informadores.

“Lo que tenemos es una empresa privada de Inteligencia dependiendo del Gobierno de Estados Unidos, agencias extranjeras de cuestionable reputación y periodistas”, ha dicho a Reuters el fundador de WikiLeaks, Julian Assange.

Entre otros, Stratfor presta sus servicios a las empresas Dow Chemical, Lockheed Martin, Northrop Grumman y Raytheon, así como al Departamento de Seguridad Nacional, a los Marines y a la Agencia de Inteligencia Militar de Estados Unidos.

En opinión, de Assange, “lo más preocupante es que el objetivo de este análisis son, entre otros, organizaciones humanitarias que luchan por una causa justa”.

El fundador y director ejecutivo de Stratfor, George Friedman, advirtió el pasado 11 de enero de que los correos electrónicos habían sido robados, al tiempo que adelantó de que “aquellos que busquen pruebas de una gran conspiración se sentirán decepcionados”.

“Dios sabe que un centenar de empleados escribiendo correos electrónicos interminables podrían decir cosas vergonzosas, estúpidas o que puedan ser malinterpretadas”, indicó, según informa la agencia de noticias británica.

Aunque la fuente de la filtración se desconoce, esta publicación se produce apenas dos meses después de que el servidor de Stratfor fuera atacado por supuestos miembros del grupo de ‘hackers’ Anonymous.

Tras el ataque, los datos de las tarjetas de crédito de más de 30.000 suscriptores de Stratfor fueron publicados en Internet, incluidos los del ex secretario de Estado y el ex vicepresidente de Estados Unidos Henry Kissinger y Dan Quayle, respectivamente

WikiLeaks ha publicado cientos de miles de documentos clasificados sobre las guerras de Irak y Afganistán, así como de cables diplomáticos del Departamento de Estado de Estados Unidos.

Actualmente, Assange está detenido en Reino Unido a la espera de ser extraditado a Suecia, donde está acusado de delitos sexuales. No obstante, él argumenta que se trata de un juicio político orquestado por Estados Unidos.

Fuente: eleconomista.es





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