Mucho se esta hablando en estos días de todo lo que supone la llegada de iBooks Author y toda esa supuesta revolución en los libros, la forma de estudiar con ellos, el poder de aprendizaje… pero en mi cabeza todo eso suena a lo de siempre: bla, bla, bla.

Sin embargo creo, desde mi punto de vista enfocado siempre en como una empresa amortiza un producto y genera más dinero con el mismo, que la jugada de Apple desde el punto de vista de marketing es simplemente envidiable y con una complejidad digna de admiración.

El iPad es un terrible lector de libros electrónicos, y eso no lo puede negar nadie. Una pantalla a color en comparación con las pantallas e-link usadas por los dispositivos de lectura como el Kindle es un gran problema a la hora de vender el dispositivo como un “lector de libros electrónicos” y de hecho pocas veces habrás visto a Apple anunciar el dispositivo como eso puesto que tienen bastante claro que no lo pueden hacer.

El problema aquí es sencillo, el iPad no es un lector de libros perfecto y además el contenido no es “exclusivo” o “diferente” del que puedes encontrar en cualquier otro lector de libros electrónicos propiamente dicho (con una pantalla para ello) y encima algunas veces más caro. Pero como siempre, Apple ha sabido darle la vuelta a la tortilla.

El acabado visual, lo único que importa para las masas

Apple es una compañía basada en dos palabras que he mencionado antes: “exclusivo“ y “diferente“. Ambas palabras pueden definir casi al 100% todos los dispositivos de la compañía puesto que todos ellos cuentan con características que los hacen diferentes del resto (son mínimas, pero están ahí) y esas mismas los convierten en dispositivos más exclusivos que la media, resultado, las personas siempre quieren diferenciarse de las masas y es ahí donde los productos de Apple funcionan muy bien.

¿Qué tiene de exclusivo o diferente el iPad como lector de libros electrónicos? Absolutamente nada. El iPad es de hecho el peor dispositivo que puedes comprar si lo que quieres es simplemente leer. Sin embargo el equipo es con diferencia el que mejor experiencia de usuario ofrece.

El más rápido mostrando libros, el más “bonito”, el más sencillo de usar, el que cuenta con la mejor interfaz… de nuevo Apple con su conocida formula de que las cosas entran por los ojos.

¿Cómo ha conseguido Apple darle la vuelta a la tortilla? Sencillo, traspasando toda esa experiencia de usuario de la aplicación iBooks y el propio dispositivo a los libros de texto. Creando contenido “exclusivo”, “diferente” y que no podrás encontrar en ningún otro producto o dispositivo.

Si quieres contar con uno de esos libros interactivos, llenos de vídeos, música, contenido digital, preguntas y en general todos esos pequeños detalles que hacen diferente a un libro de texto de iBooks de uno tradicional, tendrás que comprar un iPad.

Apple sabe que la guerra de los libros la tiene perdida desde hace tiempo, Amazon es el rey en ese aspecto y Apple llega muy tarde a esa fiesta y con un dispositivo no adecuado a ella, así que no le queda otra que reinventar a su manera el mercado para poder sacar pecho y decir: “somos los primeros y los que mejor lo hemos hecho, de nuevo“.

Ahora ya no pasa nada por que tengas un Kindle, si quieres gozar de esa experiencia (que no lo neguemos, parece más del siglo en el que vivimos que los pobres ePub sin ningún tipo de interactividad) de usuario y de esos libros llenos de contenido comprarás un iPad, si de paso con el tiempo piensas que no es un mal lector de libros electrónicos, seguro que terminas comprando algún que otro libro en la iBook Store pero a priori la experiencia es diferente y complementaría.

Lógicamente Apple no se va a hacer de oro por esto, pero la suficiente publicidad gratuita y cobertura que le dan todos los medios a cualquier lanzamiento de Apple hace que sea un gran catalizador de ventas.

Fuente: aplesfera.com





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