Con el paso del tiempo, podemos notar como el coche va perdiendo capacidad de frenado poco a poco. En un primer lugar podemos pensar que toca sustituir las pastillas de freno. Sin embargo, puede deberse perfectamente al líquido de frenos.

Es recomendable sustituir el líquido de frenos de nuestro coche cada dos años o 40.000 kilómetros. Además, debemos saber que, con el paso del tiempo, la humedad afecta al estado del líquido. En condiciones normales el líquido de frenos debe soportar una temperatura de trabajo muy alta.

Para poder realizar de manera satisfactoria el cambio del líquido de frenos, necesitamos una serie de elementos sin los que no podemos realizar la tarea:

  • Líquido de frenos (usar el que recomienda el fabricante, normalmente DOT 4).
  • Una jeringuilla.
  • Botella vacía. Donde echaremos el líquido viejo.
  • Tubo de goma. Por este turbo circulará el líquido que vamos quitando hasta la botella.
  • Llaves fijas. Las usaremos para aflojar la tuerca de purgado de la pinza (normalmente de la 6 a la 11).
  • Gato y llave de los neumáticos. Para poder quitar la rueda y trabajar cómodamente.
  • Otra persona. Nuestro ayudante se encargará de ayudarnos a purgar el circuito.

Antes de comenzar el trabajo, debemos saber que el circuito de frenos nunca debe quedar sin líquido, por lo que debemos ir revisando el nivel y rellenándolo según nos haga falta. Si en algún momento nos quedamos sin líquido, entrará aire en el circuito, lo que hace frenar de manera incorrecta al coche.

Pudimos ver las herramientas necesarias para hacer el cambio. Hoy explicaremos cómo debemos proceder para sustituir el líquido de frenos de manera satisfactoria.

En primer lugar, vaciaremos el líquido viejo de la botella del coche con la jeringuilla para, posteriormente, rellenarlo con líquido de frenos nuevo. El siguiente paso será quitar una rueda, teniendo acceso directo al purgador que está situado en la pinza de freno. Pondremos el tubo de goma en el purgador y en el otro extremo la botella vacía.

En este momento nuestro ayudante debe comenzar a trabajar. Se sentará en el coche y pisará repetidamente el pedal del freno hasta que este se ponga duro. Una vez se encuentre duro no lo deberá soltar, sino que deberá mantenerlo pisado.

Ahora es cuando nosotros debemos aflojar el purgador con la llave fija correspondiente. El líquido de frenos viejo comenzará a salir mientras se va hundiendo el pedal de freno de nuestro ayudante.

Cerraremos el purgador cuando el pedal de freno llegue al fondo. Una vez cerrado el purgador, nuestro ayudante ya puede soltar el pedal de freno (si lo hace antes puede entrar aire en el circuito).

Podemos abrir y cerrar el purgador, con el correspondiente bombeo del pedal de freno, varias veces. Posteriormente debemos repetir el mismo proceso en el resto de pinzas de freno.

Una vez hecho esto, será necesario comprobar el nivel de líquido de frenos y rellenar la cantidad de líquido necesaria hasta situarlo entre el mínimo y el máximo.

A la hora de tratar con el líquido de frenos también es importante mantener unas normas de seguridad. Es recomendable el uso de guantes y de gafas para evitar el contacto con el líquido. También es muy importante evitar que el líquido salpique a las zonas pintadas de nuestro coche, ya que es corrosivo y puede dañar gravemente la pintura de nuestro coche.

Una vez finalizado el trabajo, debemos llevar el líquido de frenos viejo a un Punto Limpio para su correcto tratamiento, evitando así dañar el medio ambiente.

En caso de no estar completamente seguros para realizar el cambio de líquido de frenos por nosotros mismos, es mejor acudir a un taller para que hagan el trabajo. El sistema de frenado es un elemento de seguridad de nuestro coche y es necesario mantenerlo en perfecto estado.

Fuente: TallerVirtual.com





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