El espontáneo abrazo de una niña hizo sonreir a la reina Isabel II

Sabemos que será la gran cita monárquica de 2012, que son casi medio año de celebraciones que tendrán su broche de oro durante el fin de semana del 2 al 5 de junio y que es una celebración única que ocurre en contadas ocasiones a lo largo de la historia. Sin embargo, las emociones y sensaciones tan especiales que está viviendo la Isabel II durante estos meses sólo las conoce ella y, sin duda, están siendo inolvidables.

Es una de las soberanas más queridas y sus conciudadanos le han demostrado su cariño en incontables ocasiones, pero este fin de semana la reina vivió uno de esos momentos que quedan para el recuerdo. Isabel II abrió las puertas del Castillo de Windsor para recibir a todos los artistas que formarán parte del gran y colorido desfile que tendrá lugar esta noche dentro de las celebraciones de su Jubileo de Diamante.

Bailarines vestidos con sus ropas tradicionales, reconocidos cantantes como Il Divo, Joss Stone… La soberana fue saludándoles uno por uno y al llegar al Coro de Niños del orfanato de Watoto, en Uganda, Lydia Amito, de 10 años, no pudo controlar la emoción y, rompiendo el protocolo, se abalanzó sobre la soberana para darle un gran abrazo. “Estaba tan emocionada por conocerla… La abracé porque es la reina y porque es agradable”, confesó la pequeña según recoge el Sunday Telegraph. “Aunque no la conocía, la había visto en fotos así que sabía qué aspecto tenía… Ha sido genial ver el castillo en el que vive. Nunca hubiera imaginado que alguien podía vivir en una casa tan grande, ¡es mucho más grande que la mía! Además había un cuadro de un rey que nos seguía con los ojos por toda la habitación, ¡fue increíble!”, añadió emocionada.

Lydia jamás olvidará este día. El día en el que abandonó el orfanato para recorrer miles de kilómetros y cumplir su sueño de conocer a la reina Isabel y tener la oportunidad de participar en una espectacular celebración en la que además de los músicos y cantantes, contará con la presencia de más de 550 caballos y 1.000 bailarines de todas las partes del mundo. “Cantar me hace sentir bien, me ayuda a olvidar las cosas malas que me pasaron”, confesó Lydia al recordar los duros momentos que vivió durante su infancia. “Nunca pensé que iba a conocer a la reina y menos que iba a poder cantar para ella. Estoy deseando que llegue ese momento”, concluyó.

Fuente: hola.com





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