Las más importantes reservas del felino más grande de Asia, el Tigre, amenazado de extinción, se encuentran en la India: Ranthambore, Corbett o Sariskha, por ejemplo. Por desgracia, a estos lugares no solo acuden turistas con sus cámaras fotográficas, también cazadores furtivos que, a pesar de las penas de cárcel, desafían la ley para cobrarse sus valiosas piezas.

Para combatir este tráfico ilegal y no renunciar a los ingresos del llamado Turismo del Tigre, las autoridades indias han optado por crear zonas “de amortiguamiento”, una especie de territorios tapón entre el núcleo de las principales reservas y las áreas vecinas.

India es el hogar de más de la mitad de los tigres que viven en libertad en todo el planeta, cuya población total se estima en unos 3.000 ejemplares. La idea es que los núcleos de estas reservas se conviertan en verdaderos santuarios inaccesibles, tanto para turistas como para cazadores ilegales. Es la prueba definitiva de la sensibilización del gobierno indio con el problema de los tigres.

Las 42 reservas naturales donde se pueden encontrar tigres en libertad se convertirán en islas: carreteras, caminos, vías férreas o cables de electricidad deberán bordearlas. El contacto con los humanos, incluso con los bienintencionados, resulta a la larga letal para estos animales. Lo demuestra el hecho de que las zonas con mayor densidad de población de tigres son aquellas donde se ha restringido totalmente el acceso al turismo.

En estos momentos, parques como Ranthambore y Corbett se encuentran cerrados de cara a la temporada de los monzones. Cuando vuelva la “temporada del tigre” en otoño veremos si las medidas tomadas son eficaces o no.

Fuente: ViajarAsia.com





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