La Enciclopedia Británica, que ha estado en impresión continua desde que se publicó por primera vez en Edimburgo (Escocia) en 1768, aseguró este miércoles que va a terminar la publicación de sus ediciones impresas y continuará con versiones digitales disponibles online.

El buque insignia de la edición impresa, de 32 volúmenes, disponible cada dos años, se vendió por 1.400 dólares (1.072 euros). Los costes de suscripción online suponen alrededor de 70 dólares (53 euros) al año y la compañía ha lanzado recientemente un conjunto de aplicaciones que van desde los 1,99 dólares y los 4,99 dólares (1,52 euros y 3,82 euros) por mes.

La compañía aseguró que seguirá vendiendo ediciones impresas hasta que se acaben los cerca de 4.000 ejemplares disponibles se agoten. Este es el último movimiento que la Enciclopedia Británica ha hecho para ampliar sus servicios de referencia de Internet y se aleja aún más a los productos educativos.

En primer lugar, coqueteó con la publicación digital en la década de 1970; publicó una versión para ordenadores en 1981 para los suscriptores de LexisNexis, y por primera vez apareció en Internet en 1994.

“La edición impresa se hizo más difícil de mantener y no era el mejor elemento físico para ofrecer calidad de nuestra base de datos y calidad de nuestra editorial”, dijo Jorge Cauz, presidente de la Enciclopedia Británica, a Reuters.

Sin embargo, aunque la industria editorial ha creado más productos digitales, ha luchado con las pérdidas financieras, y Cauz ha admitido que se trata de un “largo camino hacia la rentabilidad” para muchos editores. “La Enciclopedia Británica fue una de las primeras empresas en sentir realmente el impacto de la tecnología, tal vez veinte años atrás, y nos hemos ido adaptando a ella, aunque es muy difícil a veces”, dijo.

La Enciclopedia Británica ha seguido funcionando espera que “muchos editores comerciales no van a sobrevivir y cualquier empresa de desarrollo de contenido tendrá que estar pensando en cómo van a llenar el vacío”.

En cuanto a si las ediciones impresas de los libros serán los productos viables en el futuro, Cauz predijo que “la impresión no puede desaparecer por completo del mercado” pero cree que va a ser cada vez menos importante. Muchas publicaciones nunca tendrán un análogo en la impresión y la voluntad sólo se imprimirá en formato digital”.

Fuente: eleconomista.es





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