Gao Ping

Gao Ping, el presunto líder de la trama.

El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu ha ordenado prisión incondicional para Gao Ping, el cabecilla de la mafia china desarticulada esta semana acusada de blanquear miles de millones de euros. El magistrado, atendiendo el criterio de la Fiscalía, también ha enviado a la cárcel, sin posibilidad de fianza alguna, al resto de la supuesta cúpula de la organización delictiva, compuesta por otras diez personas, entre ellas la mujer de propio Ping, Yang Lizhen, sus dos lugartenientes, Wei Lin y Haibo Li (exguarda espaldas del ‘capo’ asiático y jefe del aparato de extorsión), y el abogado español José Luis Cuervo.
Las imputaciones genéricas para este último grupo de detenidos de la operación ‘Chequian-Emperador’ son pertenencia a grupo criminal organizado, blanqueo de capitales, fraude masivo a Hacienda cohecho (sobornos a funcionarios públicos), falsedad en documento oficial, contrabando, delitos contra la hacienda pública, coacciones y amenazas, delitos contra la propiedad industrial e intelectual y delitos contra los trabajadores, entre otros ilícitos y siempre de forma provisional.
En total han comparecido ante el juez 82 detenidos en estos cuatro días. De ellos, 47 han ingresado en prisión incondicional, 23 han quedado con fianzas y 12 han salido en libertad, aunque muchos de ellos con cargos. La semana que viene proseguirán las citaciones con el interrogatorio, entre otros, del inspector de Policía Nacional Miguel Angel Gómez Gordo, que trabajaba en la Brigada Provincial de Extranjería de Madrid, y al sargento de la Guardia Civil que también ha sido arrestado en la operación. A los detenidos se les acusa de lavar entre 200 y 300 millones de euros al año durante los dos últimos ejercicios.
Según la investigación, la trama contaba con tres métodos para blanquear capitales: sacaban el dinero en bolsas de plástico por tren o carretera, realizaban transferencias de capitales a agencias que ellos mismos creaban y una tercera, utilizada por los españoles, que consistía en ingresar el dinero en cuentas en bancos chinos o paraísos fiscales y recibir su importe en metálico.
Planes de Gao Ping
Gao Ping tenía pensado dejar España a finales de año para viajar hasta China, según los investigadores, que no tienen constancia de que su esposa Lizhen Yang estuviera informada de los planes de su marido. Según han informado fuentes fiscales, Lizhen Yang es una mujer poco accesible que jugaba un papel fundamental en la organización y tenía conocimiento de todas las actividades delictivas que realizaba la red criminal.
En concreto, el entramado se dividía en cuatro estructuras. El grupo violento ejecutaba la extorsión o las coacciones; la estructura económica englobaba a las empresas, tiendas de ‘Todo a cien’ y otros negocios de la organización; y la división financiera se ocupaba del lavado de dinero negro. (El Diario Montañes)





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