Los españoles, que se enfrentan a la perspectiva de una recesión tras años de crisis económica y a una de las tasas de paro más altas de Europa, están prestando cada vez más atención a las startups, las pequeñas empresas basadas en Internet, ya sea a la hora de fundarlas o de financiarlas.

Una combinación de dinero inactivo, jóvenes o profesionales que se quedan sin trabajo y un cierto toque de glamour han disparado el número de proyectos, personas interesadas en invertir y “aceleradoras” que prestan asesoramiento e infraestructura a estas startups.

“Los últimos tres o cuatro años, desde que empezó la crisis, a pesar de que coyunturalmente la cosa está muy mal, estructuralmente la cosa está mejor”, explicó Luis Rivera, cofundador de la firma de inversión Okuri Ventures y de la aceleradora Tetuán Valley. “Hay más ecosistema, hay más emprendedores, hay más actividad”, añadió.

Rivera estima que en 2011 se invirtieron en España al menos 100 millones de euros en startups, muy por encima de los 35 millones de 2010, sin contar con la adquisición de empresas como la plataforma de compras privadas Privalia.

Aunque no todos los expertos del sector comparten esa percepción en lo idóneo del momento, sí coinciden en un aumento del dinero disponible, debido en parte a los vaivenes del mercado en los últimos años.

Parte de esos fondos vienen de emprendedores que han tenido éxito. En los últimos años ha habido varias operaciones sonadas, como el caso de la red social Tuenti, que se dice que fue adquirida por Telefónica por 70 millones de euros, o el de la firma de compras privadas BuyVIP, que Amazon compró en 2010 por una cifra similar.

Otra empresa de compras privadas, Privalia, recibió otros 70 millones en inversiones en 2010, para luego ingresar 168 millones en ventas a lo largo del año, con estimaciones de alcanzar los 400 millones en 2010, tras comprar la alemana Dress for Less por entre 150 y 200 millones de euros.

Pero salvo los casos más señalados, es difícil cuantificar el volumen de negocio que suponen el total de estas empresas, ya que están muy repartidas por sectores y no hay informes específicos.

Así, un estudio de Red.es estima que el sector de las Tecnologías de la Información y la Comuninación alcanzó 104.000 millones de euros en 2010, con más de 30.000 empresas, aunque esa categoría incluye desde proveedoras de conexión a Internet hasta portales web o edición de videojuegos.
Alternativa al ladrillo

En un país que vivió un boom inmobiliario en los noventa y principios de la década de 2000 y luego vio desinflarse la burbuja para caer una profunda crisis económica, la posibilidad de aprovechar estos negocios en alza se presenta como una alternativa para invertir.

“Creo que hay menos refugio de inversión para gente con ganas de riesgo, excepto ir a la bolsa y suicidarse automaticamente después”, bromeó el inversor Manuel Balsera, fundador del fondo de capital riesgo Start Digital Media.

Para fomentar aún más las facilidades de inversión para particulares, Balsera reclama un nuevo marco legal, con vehículos de inversión de estructura sencilla, más adecuados a particulares y cantidades medianas.

“Casi todos los vehículos de inversión están dirigidos a fondos de un volumen elevado y con una estructura jurídica elevada”, explica. “Hay gente que tiene capital y está dispuesta a invertir y crear empleo, con un interés bastardo que es ganar dinero, pero hay que intentar ayudar fiscalmente al que asume un riesgo y penalizar al que guarda sus ahorros sin generar ninguna actividad”, afirmó.

En cuanto a los emprendedores, los expertos señalan que hay una mezcla generacional entre jóvenes recién llegados a un mundo laboral de difícil acceso y profesionales experimentados que se han visto sin empleo.
Soporte institucional o privado

Las startups españolas han ganado presencia internacional. La plataforma 24symbols, que ofrece una plataforma de libros en Internet, fue una de las 4 ganadoras de la edición londinense de la respetada aceleradora Seedcamp.

Otra española, SinDelantal, que reúne y recomienda ofertas de comida a domicilio, ha adquirido la mexicana Miorden.com para expandirse al extranjero.

El ministro español de Economía, Luis de Guindos, ha adelantado que el Gobierno presentará una Ley de Emprendedores con estímulos fiscales, agilización de trámites burocráticos y refuerzo de financiación pública o privada.

Pero por el momento, muchas de estas nuevas empresas han encontrado un hogar en proyectos lanzados por grandes corporaciones.

“Lo que hay en España es unas corporaciones tecnológicas fuertes: Telefónica, Indra, Gamesa, Ferrovial… que tienen presencia internacional y son primera, segunda o tercera en su sector, con una base tecnológica fuerte, y esas empresas sí que se están acercando mucho al terreno de las startups porque necesitan esa tecnología”, comentó Pedro Moneo, consejero delegado de la aceleradora Opinno, que tiene presencia en España EEUU.

Un ejemplo es el Proyecto Wayra, iniciado el año pasado por Telefónica y que selecciona varios proyectos por país, que reciben asesoría, ayuda financiera y soporte de infraestructuras.

Ante esa oferta de dinero y soporte, algunos inversores denuncian una falta de propuestas realmente originales, una postura que no comparte Javier Andrés, emprendedor y director general de la empresa de creación de eventos y venta de entradas Ticketea.

“Si Europa es un continente de copycats (copias), muchas veces es porque los inversores nos obligan a hacer copycats”, comenta. “Cuesta convencer al inversor, cuando no hay ninguna inciativa similar en Estados Unidos, de que invierta en lo tuyo”.

En lo que sí coinciden inversores y emprendedores es en señalar una ausencia de alternativas de inversión en una fase más avanzada. “Conseguir de medio millón para abajo no es complicado, pero si quieres dos millones, uno y medio…”, explica Andrés.

“Hay pocas empresas especializadas en inversiones de dos millones, tres millones”, añade el emprendedor, uno de los seleccionados este año por el proyecto europeo European Young Innovators, que envía a 10 innovadores en un viaje a EEUU patrocinado por el Gobierno estadounidense.

Pero no sólo el paro, o la necesidad de buscar inversiones más allá del ladrillo, explican ese interés por las empresas digitales.

“La peli de La red social y la muerte de Steve Jobs probablemente hayan hecho más por los emprendedores en España que cualquier otra cosa”, comentó Iñaki Arrola, emprendedor e impulsor de la Sociedad de Capital Riesgo Vitamina K.

Fuente: eleconomista.es





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