El pianista y musicólogo cántabro Luciano González Sarmiento ha cumplido 75 años y lo ha celebrado por todo lo alto, aunque él lo supo en el mismo momento del comienzo de su propia fiesta. La sorpresa se desarrolló el sábado al mediodía en el restaurante El Cenador de Amos, de Villaverde de Pontones. Comenzó a la una de la tarde, contó con más de medio centenar de invitados y con un amplio programa de actos repleto de estrenos musicales y culturales. Y es que hablar de música y cultura es hablar del maestro González Sarmiento, en la actualidad asesor musical de la Fundación Botín.

El merecido homenaje al que fuera durante 25 años pianista del Trío Mompou comenzó con una cata de vino que sirvió de ‘cebo’ para entretenerle mientras otro espacio acogía a decenas de representantes de la cultura española, que, tras la cata, sorprendieron a Luciano y le ofrecieron multitud de regalos. Para empezar, un concierto con siete estrenos absolutos de obras creadas para la ocasión por los compositores Emilio Mateu, Tomás Marco, Claudio Prieto, Carlos Cruz de Castro, José Luis Turina y los cántabros Antonio Noguera y Esteban Sanz Vélez, trabajos inéditos todos ellos que interpretó la pianista Marisa Blanez, esposa del homenajeado.

Pero el concierto de piano tan sólo fue el aperitivo. Después hubo danza, una coreografía titulada ‘El pan nuestro’ -también creada para la ocasión por Silvia González Sueiro, hija de Luciano y bailarina y coreógrafa profesional-, que hace referencia a la dificultad de ganarse el pan de cada día y al esfuerzo personal y la superación de González Sarmiento para conseguirlo. Sus otros dos hijos, Irene González Sueiro y Luis González Lladó, que no se dedican a la danza, tuvieron su papel en el espectáculo.

Posteriormente, se celebró el almuerzo y, tras los postres, continuó el programa con la entrega de varios regalos y una glosa de Esperanza Botella a su compañero, del que destacó su faceta humana y su calidad como persona. También se refirió al «Luciano amigo» el presidente del Gobierno de Cantabria, Ignacio Diego, que admira al maestro y no faltó a su homenaje. Como tampoco otros muchos invitados, que leyeron textos dedicados que ya forman parte, junto a ilustraciones, fotografías y las partituras de las siete obras creadas para la celebración, de un libro cortesía de Fernando Riancho y Asun Rivero, que todos entregaron a González Sarmiento.

El evento concluyó con su parte más lúdica e informal: la proyección de un video con testimonios de amigos y personas cercanas a Luciano, e imágenes de su vida; el regalo de su hijo Luis, de 11 años, que interpretó unas piezas al piano, y la actuación de un grupo de sus amigos que se vistieron de montañeses y le cantaron su canción cántabra favorita: ‘Cuatro Pinos’.

Fuente: eldiariomontanes.es





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