Guimaraes es un destino de viaje asombroso y cautivador. Al contrario de otras ciudades con historia milenaria, en lugar de crecer extramuros aquí se ha optado por invertir y reinventar el casco antiguo, restaurando edificios abandonados y conservando el tejido social del barrio, salpicado de comercios familiares, restaurantes y mucha vida en la calle.

De modo que Guimaraes es una ciudad cuyo centro conserva la esencia de un pequeño pueblo. Una gran idea para este año 2012, en el que la ciudad lusa es capital cultural europea. Es una delicia pasear por sus callejuelas que serpentean en torno al castillo, admirando las fachadas adornadas con azulejos. Palacios barrocos, plazas inundadas por las terrazas de las cafeterías, museos… Un centro de la ciudad pulcro, impecable y encantador.

Se habla de Guimaraes como la ciudad donde nació Portugal, ya que en el año 1128 el rey portugués Afonso Henriques eligió esta vieja aldea romana para convertirla en la capital de su joven reino. Recorriendo el caso viejo, el Castillo, el Palacio Ducal y otros notables edificios nos recuerdan la importancia de Guimaraes en la historia del país.

Antes de lanzarnos al descubrimiento de las delicias gastronómicas de Guimaraes, otro de los grandes argumentos para incluir la ciudad en nuestra lista de viajes, vale la pena visitar el Museo Alberto Sampaio y los claustros románicos donde se exhiben algunas de las mejores piezas de arte sacra de la era medieval portuguesa.

Para llegar a Guimaraes desde España podemos volar a Oporto y desde allí tomar el tren la autopista A7 hacia el interior. Podemos de paso aprovechar para disfrutar de la elegancia de la vecina ciudad de Braga.

Fuente: EscapadasEuropa.com





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